martes, marzo 14, 2006

CAPÍTULO 2. RELACIÓN DE SEMÁFORO
El inicio de un día es una señal.
Si empiezas con mal pie date por vencido.
Si empiezas con buen pie aventúrate en las mil y una osadías.

… yo por norma general, empiezo con los dos.

Las personas actúan por inercia a tempranas horas del día. Las relaciones son escasas, los gestos no pueden ser más inexpresivos, el funcionamiento de las dos partes del cerebro se encuentra en mínimo rendimiento. El justo para no equivocarse de calle ni caerse en la andana del metro. Aunque si que es suficiente para que no te tropieces con una mujer de ensueño. Contrariedades o penurias de esta vida. Que se le va a hacer.
Soy de esas personas creyentes en una simbología externa. Creo que la vida, por una cuestión de azar o por una cuestión algorítmica, nos presenta una conjunto de símbolos que sabiéndolos descifrar adecuadamente nos permiten acceder, disfrutar u obtener ciertos elementos.
Lo que sucede es que no tengo señales cada día ni con cada mujer que me cruzo. No estaría mal que cada vez que me cruzó con una mujer hermosa y que, ya porque mira lo mal vestido que voy o porque en realidad estoy entre ella y un anuncio de cosmética, se me iluminasen unos carteles para decirme: “Esta chica vale la pena”, “Esta chica te gustaría”, o incluso “Esta chica esta loquita por tus huesos”, “A esta chica le gustaría destrozarte en la cama”. Bueno no hace falta que sean tan expresivos. Con que se encendiesen unas flechitas rojas creo que ya bastaría.
Tampoco es tan difícil conseguir quedar para tomar algo con una chica, pero si que lo es que esa chica valga realmente la pena. Yo siempre digo que la primera cita es como una entrevista personal. Para ti y para ella. Las dos personas se conocen un poco más y entonces se decide si vale la pena continuar.
Por eso deberían existir estos símbolos. Para poder conseguir mas entrevistas personales. Aunque luego pasaría como en los trabajos. Ya, lo siento, pero es que tienes demasiada experiencia. Ya!!
Creo que alguien debería inventar los semáforos personales. Cada persona debería llevar un mini semáforo enganchado en la ropa y cada vez que se cruzase con una persona que le interesase este se podría encender. Sólo se encendería si los dos lo estuviesen utilizando al mismo tiempo. Algo así como un Conecta 4. Si se coincide se enciende la luz verde. Y entonces VOILA. Luego vendría la entrevista, esta claro.
Mucho me temo que de momento este aparato no se vende. Si tengo que idearlo yo, creo que más vale que sigamos esperando. Así que tendremos que seguir con lo de:
-perdona, te encuentro sumamente atractiva y encantadora y me gustaría que te tomases un café conmigo. Te puedo invitar?

-lo siento pero tengo prisa

-ya… yo también.

2 comentarios:

Bea dijo...

Ya he publicado un post como Bea, y otro como tu maestra... falta uno como tu musa :P

Olé!! Si hay algo que me gusta de tí es que puedes describir fácilmente situaciones serias, que te preocupan o te han sucedido, sin perder el sentido del humor.

No llega a ser ironía, como yo, pero no está mal...poco a poco..jeje

No sufras, Dani!! Encontrarás a esa tia buena que valga la pena! (lo siento, con las musas no se puede :P )
Y recuerda que tú y yo nos teníamos que forrar con un invento...quizá el de los semáforos personales?

Let's think about it!! ;)

Carla dijo...

Yo estoy contigo en tu propuesta sobre los semáforos personales.¡La de gente que nos perdemos que vale la pena conocer sólo porqué no iniciamos una conversación! Si hubieran señales externas sería más fácil. No desistas en la búsqueda de tú mujer perfecta, pero creo que te darás cuenta de que la tienes en el momento en que menos te lo esperas. No creo en los encuentros de cine, esos en los que conoces a un hombre o una mujer porqué se te cae el café en el bar o porqué te ves obligado a compartir paraguas con alguien. Me parece más un asunto de costumbre y no de flechazos, te acostumbrarás a alguien hasta que te enamores. Quizás en tu caso no! Ojalá encuentres a esa chica en un paso de cebra, de camino a la universidad, en un día lluvioso, y decidaís hacer campana para calmar vuestros apetitos sexuales.